Donald Trump y su
Palestinización de México:
La esquizofrenia de
una imperial forma de gobierno.
Por Cohutec Vargas.
Dedico este texto a
Edith Vargas, Aidée Cervantes,
Esmeralda Tobón, Rosalia Bibiana Rojas,
Lucy Rodriguez & Alma Martínez.
La inteligencia, facultad superior del género
humano, se manifiesta en la capacidad de construir puentes que comuniquen, que
lleven y traigan, que unan, que fortalezcan historias, conocimientos, avances,
comercio, naciones, civilizaciones y familias, también en la capacidad de
dialogar con aquel que no está de acuerdo con nuestra forma de ver el mundo
para generar acuerdos y consensos, se encuentra en esa forma superior de crear
para mejorar un estilo de vida y lanzarse al camino de la civilización, se
halla en la capacidad de defender la vida y los más sagrados derechos para
vivirla de una manera decorosa y digna, está presente también en la facultad
más lúcida de la curiosidad, que es el de investigar para descubrir los
misterios que encierra el universo y compartirlos con la humanidad para hacerla
un mejor lugar para coexistir con lo que nos rodea.
La ignorancia por el contrario, se muestra
más simple y más torpe, construyendo muros que dividen, obstaculizan y
contienen a los ojos de quien lo construye, una fuerza que a la larga será tan
sólo una ruina, un monumento a lo más miserable de una era que sucumbirá tan
pronto exhale su aparente triunfo; la ignorancia también se muestra en la terquedad
de la imposición que nace en la paranoia de la soledad donde vive el megalómano
esquizofrénico, que se irguió sobre los demás, durmiendo en camas de oro y
defecando en retretes de plata con incrustaciones de diamante y que cree que
por eso los de a lado han de agachar la cabeza cuando pase enfrente; la
ignorancia va en contra de todo proceso civilizatorio, destruyendo lo más
sagrado que la humanidad ha construido y que son los principios universales, de
libertad, igualdad y fraternidad entre los hombres.
A un
lado de las ruinas de las murallas de Troya, de Babilonia, de Zimbabue, China,
o Alemania, sólo queda el recuerdo histórico de su fracaso y las terribles
historias llenas de miseria que las acompañaron, y de lado contrario están los
principios que generaron en quienes se sintieron ofendidos por ellas y se
levantaron con su lucha y su dignidad para vencerlas. Hoy, quizá los muros más
nefastos en la sociedad occidental, sean los que sigue levantando Israel en
palestina y donde a diario se escriben tragedias con balas, misiles, cañones,
sangre, muerte y dolor y el otro en nuestro México, un muro en donde lo más
mezquino del capitalismo norteamericano se muestra, al dividir familias, al
introducir armas para que los carteles asesinen, donde la droga transita a
diario sin ser vista pasar sobre él, por túneles, por tierra, por agua y nadie
puede detener la ley de plata o plomo para contenerla.
Tras la decisión de continuar con la
construcción de un muro que lleva más de 10 años levantándose, la amenaza militar
del poderío más importante de la orbe y el revuelo mediático que existe sobre
este hecho y que siembra en la sociedad conservadora del norte un espíritu de
empoderamiento ideológico y racial tan absurdamente soso como el que tuvo esta
ocurrencia; Al mismo tiempo, genera una incertidumbre necesaria y toda una
serie de respuestas de este lado del sur, que van desde las más pueriles
simulaciones políticas de unidad, hasta las más lúcidas opiniones críticas con
respecto al hecho en sí y que son las más dignas de aplaudir.
La orientación política de esta errónea y
torpe decisión, encabezada por un hombre caracterizado por su ambición
insultante, su sórdida manera de relacionarse, su soberbia faraónica, que se
piensa cercano a Churchill y se asemeja más a Hitler, con la idea de querer
ocultar toda una serie de acontecimientos mundiales que tiene que ver con los
conflictos en medio oriente, las debilidad de su imperio ante las potencias
como Rusia, China, Japón, los desencuentros con Europa toda, su vulnerabilidad
antes cada vez más ataques terroristas que se crearon al cobijo de la CIA, el
fortalecimiento y la alianza de las naciones del pacifico, la pérdida de
control de más naciones de américa latina gobernadas por sistemas a los que no
ha podido controlar del todo y el desmoronamiento de su liderazgo mundial.
Aquí, en nuestro país, vemos con preocupación
la desintegración de un tratado de libre comercio que se inauguró al compás de
un enfrentamiento entre el gobierno y el ejército zapatista de liberación nacional
que dejó cientos de muertos y el desenmascaramiento de la realidad en la que
vivían miles de indígenas y pobres en México, y que no pudo establecer una
relación justa y humanista en materia de inmigración, ahora, cuando estados
unidos reconoce que ni siquiera para ellos fue benéfico este tratado, nos
preocupa a nosotros.
Ante una sociedad que se deja llevar por los
impactos mediáticos y hace suya la agenda de quienes pretenden someterlos, con
un gobierno que ha reaccionado de manera adecuada pero tardíamente, a lo que
siempre se ha sabido, el carácter hostil de su vecino y que al momento de
actuar titubea porque se ha acostumbrado a depender de lo que dictan los
mercados que ahora lo traicionan, ante la dependencia tecnológica y comercial
gestada en más de 100 años, hasta hoy, se ha dado cuenta que lo que requiere es
fortalecer el mercado interno y acrecentar sus miras comerciales hacia otros
países y otras potencias, ¿hasta hoy? Pareciera increíble.
Más que el impacto económico y tecnológico
que tendrá la paranoica forma de gobernar de un hombre que ve de manera absurda
a México como una Palestina a la que le puede construir un muro y amenazarla
económica y militarmente, se olvida que existen más de 20 millones de Mexicanos
en su territorio que son su fortaleza, olvida que existe una diferencia entre
la frontera de palestina con Israel y de México con estados unidos de más de
tres mil kilómetros , olvida que en nuestra historia de los últimos siglos
México en los momentos más críticos tiene presente el espíritu guerrero de
Huitzilopochtli para defender la soberanía nacional a pesar de nuestras
debilidades y diferencias, olvida que México tiene una población de más de cien
millones de habitantes cuyos principios son sumamente valiosos y distantes a los de cualquier ideología extremista y su relación
con el “pueblo” norteamericano siempre ha sido, amistosa y útil.
Sin embargo, si de nuestro lado nuestro
gobierno también lo olvida y va a negociar con una visión a corto plazo, ese
será nuestro más grande muro, pero también si nosotros como ciudadanos queremos
resolver esta amenaza, además de nuestra situación social, económica y
política, entonces seamos competitivos, ingeniosos, creativos, emprendedores,
visionarios, investigadores, no pretendamos resolver nuestros retos con más
miseria, saqueando, vociferando, ofendiendo, saboteando, marchando, en vez de
eso, hagamos crítica inteligente a nuestro gobierno, seamos ciudadanos
responsables y participemos no sólo en la urnas, sino seamos actores de los
temas políticos, sociales y comunitarios y económicos que nos rodean a diario.
¡A veces nuestro más grande muro somos
nosotros!
Comunidad de Tenango Morelos México, Febrero
1 de 2017