domingo, 17 de julio de 2011

ROGELIO Y OTILIA Novela de Javier Duhart

-Cuando las  noches se mueven-
Por Cohutec Vargas Genis.

            Era principio de mayo de 2011, llegue a casa de la cultura  de Atlixco casi a medio día, me presente en la oficina del Maestro Ricardo Pérez Quitt que por esos días ya era director del Cultura del Municipio, platicamos  de algunos detalles sobre la organización del primer encuentro “la poesía escrita en el agua” que se llevaría a cabo días después. El maestro me explicaba sobre la mecánica del encuentro, interrumpió el  tema,  tomo un oficio  que  estaba en su escritorio  y me pregunto si conocía a Javier Duhart, tome el documento, un oficio de presidencia con el curriculum  literario   de Javier y le dije a,  Ricardo que no,  que no lo conocía. Fue la primera vez que supe del Maestro Duhart.
            Pasaron  algunas semanas  y estábamos en el primer día del encuentro de poesía, por la noche se daría una cena en el restaurant fragaria, que está justo en la esquina que se asoma a la entrada del ex cuartel. No solo se ofreció la cena, los poetas anfitriones dimos un recital a los casi   50 escritores que llegaron de diferentes partes de la república, esa noches nos acompaño  una lluvia invocada por la poesía, Javier Duhart nos compartió sus textos románticos, ahí conocimos su pasión por la literatura  y la fuerza que posee al dar lectura a sus textos, actividad que  lo caracteriza. Al día siguiente  conversamos un poco, me obsequio una novela de su autoría, estaba feliz en el evento, pero lo que me llamo la atención de  su personalidad fue su sencillez y humildad. Ahí conocí al Javier que hasta hoy conozco, sencillo, hombre cuyo símbolo es el árbol de ahuehuete; eterno, robusto, empoderado, y sabiamente humilde,  que vive al  pie de su elemento, el agua,  que todo lo penetra.
            No fue fortuito que nos conociéramos en aquel evento cuyo  tema principal  era  precisamente su elemento: ¡el agua!
            Después se integró al taller de poesía invitado por el maestro Ricardo Pérez Quitt, ahí construimos una amistad, que seguramente perdurará.
            Javier Duhart es Hombre sensible, arquitecto de profesión, escritor, pintor y  poeta, es un hombre culto. Se ha sabido cultivar en la  sensibilidad que el arte ofrece, de él  ha cosechado  como arquitecto,  obras que transforman el paisaje con geometría viva, como escritor novelas agiles e ingeniosas, como pintor cuadros en los que el desnudo  resalta y lo abstracto nace  con una claridad que sorprende, y como poeta una de sus más recientes pasiones,  textos que se ajustan al canto sencillo, existencial, romántico; escritos a la orilla de la mar y sobre de la piel de la mujer amada.
 Pero sobre todo, Javier, el hombre, sabe cosechar  amigos.  Conoce como  tratar al otro, sabe tomar al ser humano,  como se toma el agua de un rio, con  las manos unidas y el corazón  alegre para recibir la frescura  y la amistad que cura la sed de compañía, principio  del ser, que permite manifestarnos como  personas  diferentes; Generosas, sensibles, preocupadas, activas, en una palabra: artistas.
            Antes de ser Narrador, el maestro Duhart es un excelente conversador, su extensa vida así se lo permite  – y cuando digo extensa me refiero, a que ha sabido  caminar sobre ella, yendo y viniendo a sus más lejanos  horizontes- Javier disfruta el mundo, el tiempo, la comida, la familia, la ciudades, los amigos y a la mujer amada. Ha sabido vivir esta vida, hecho que  solo  quienes son verdaderos hombres, logran.
            Con todos estos elementos, las novelas de Duhart son la posibilidad de acceder a un mundo del que seguramente saldremos enriquecidos.
            Hoy tengo la gratísima tarea  de presentar una de las novelas del maestro, Javier Duhart  y es además,  la más reciente: Rogelio y Otilia.
            La novela atrapa al lector desde las primeras líneas, ni siquiera hay que terminar el primer capítulo para no querer soltarla, el lector va   descubriendo los personajes, previendo la historia, y vislumbrando la serie de conflictos  que a lo largo de la misma se presentaran y darán la agilidad y la atmosfera de aventura que posee  de principio a fin.
            Los personajes están  construidos (así lo hace el arquitecto Duhart)  con una claridad extraordinaria, Rogelio un joven en apariencia irresponsable pero que está justo en el límite de su vida, para afrontar el sueño de cualquiera, encontrar el amor, la riqueza y la verdad, no sin antes  vivir en poco tiempo, la violencia, la muerte, la envidia, la venganza  que siempre acompañan a la fortuna. Y por el otro lado  como personaje   central  que le da  a la novela, sobre todo,  en sus primero capítulos, una atracción  de fantasía,  Otilia una mujer bella, de ojos verdes, de caminar sensual,  pasión potente y discreta,  pero que tiene el ingrediente que  captura el instinto; es prima de Rogelio, los une la sangre y como se verá en la novela, un amor que  irá creciendo a lo largo de la historia.
            El  estilo  narrativo de Javier  es desde el primer momento creado en base a la confrontación de los personajes, la cual,  genera las situaciones que darán vida  a esta serie que es como bien dice el maestro René Avilés Fabila  “un filme, una película vertiginosa que nos obliga a seguir la trama” cada capítulo tiene en sí mismo una idea narrativa perfectamente elaborada, al autor logra lo que pocos,  mantener la atención y el deseo de continuar leyendo el texto hasta terminarlo.
            Los personajes antagonistas revelan el drama cotidiano, muestran los principales vicios sociales de esta modernidad, que se le han  enquistado;  la violencia, la envidia, la avaricia, la mezquindad y  la venganza.
            Ellos de manera trágica, dan vida a las situaciones extremas por las que los personajes  principales pasan y resuelven,  a veces no solo por el ingenio mismo que el  autor les ha dado, sino  también por situaciones,  de las que el mismo autor los rescata, lo cual le da un ingrediente  extra, que mas allá de estorbar o de ser criticable, es un recurso  que aviva la emoción y el suspenso   que aparece en toda la obra, esta  presencia del autor lleva a la novela, a  ser parte del estilo  de Duhart, quien  a veces lo hace ya de manera intuitiva.
            Los personajes secundarios  soportan  la historia, cada uno aparece en el momento más idóneo, con ello el autor logra integrar, no solo una atmosfera realista,  sino que también ambienta perfectamente los escenarios, que van  desde los más urbanos,  hasta los  de una provincia  de México que aunque esta perfectamente delimitada, podría ser cualquier lugar, permitiendo que el lector lo imagine, haciendo de esta obra, universal . Esto último, es  un logro que solo los escritores con un oficio  arraigado  pueden  conquistar.
            La situación central de la novela  acertadamente  elegida y presentada por el maestro Duhart, llevada  a través  del dialogo y vida de “la tía güevos”  que más adelante se convertirá en, “Salustia la grande”   tía millonaria  de Rogelio y Otilia, quien es  asesinada, por su último esposo y  que deja  como  principales herederos a sus sobrinos,  desencadenan una serie de situaciones que divierten, al mismo tiempo que nos hacen reflexionar, sobre los valores que gobiernan nuestra cotidianidad y los vicios sociales e individuales  que  están presentes  en nuestras familias y en nuestro tiempo.
            De esta forma el escritor, con su narrativa,  muestra una sociedad, en la que la fantasía de adquirir una  riqueza súbita,  es concretada en la novela, fantasía que en ocasiones nos ha hecho  un pueblo perezoso, sin iniciativa y acostumbrado a esperar un salvador para resolver nuestros problemas individuales o sociales y que nos ha hundido  por años en la miseria y explotación  de las que hemos sido más  que víctimas, cómplices.
            La novela  Rogelio y Otilia tiene una fuerza narrativa manifestada en algunos pasajes:  La paranoia  de una tía  que desea obsesivamente a su sobrino y que  lleva al  límite  a esta historia,   al borde de hacerla una tragedia, situación que afortunadamente no se concreta, el comportamiento psicópata del último  esposo de Salustia,  quien  además de asesinar a la tía, comete una violación  que se describe con  una crudeza que es necesaria, el erotismo en la intimidad  de Otilia que junto  a Rogelio, conocen la pasión a pesar de su parentesco y los actos violentos que sufrirán en un momento de la novela.
            Vista la obra en su totalidad, encontramos que   el tema central  del escritor en la historia,   es el amor, fuente de inspiración eterna, temática atemporal, fuente donde han abrevado los  escritores y artistas de todos los tiempos, el amor mostrado   como la  fuerza que nos permite vencer los obstáculos más  grandes impuestos por la vida misma, que nos brinda la posibilidad de entregarnos a otro ser a pesar de nuestros más ocultos y oscuros silencios, la fuerza que nos hace abrazar al instante, en el  presente como el más valioso momento  para el que fuimos creados. Desde el principio, Rogelio y Otilia, se saben enamorados, pero descubrirán que su amor, sobrepasará las costumbres y moral hipócritamente impuesta,  que  llena de complejos, impide la  libertad que cada hombre o mujer necesitan para  crecer y realizarse.
            El autor sabe que el verdadero amor, no existe si no se construye sobre los cimientos  de la verdad, y que sin ella, la cadena de mentiras sostendrá solo una ilusión en la que quizá muchos de nosotros vivimos. El maestro Duhart está consciente  también  que para acceder a ella – a la verdad-   es necesario el valor, aquel que nos impulsa a actuar de la forma correcta y nos hace trascender como verdaderos hombres.
            El  dialogo que el  escritor logra con su lector,  es tan importante  como el dialogo interno que los personajes  tienen durante la historia,  la reflexión y el pensamiento se muestran, para que al leer esta novela sigamos, no solo lo visible de los hechos, sino los pensamientos  que  han gestado,   en esa noche silenciosa que se  mueve en nuestro interior,   para dar a luz una idea, con el que  materializaremos  una acción que determinará  nuestra vida. 
            En sus XI capítulos,  el maestro  Javier Duhart, ha construido una historia  perfectamente proyectada,  y como no, si lo que mejor ha hecho  el maestro en su vida ha sido proyectar obras arquitectónicas, y con las herramientas  de arquitecto,  a logrado la precisión, la belleza, la reflexión, la crítica y la recreación  para sus lectores.
            Esta obra por su  accesibilidad, sencillez y agilidad, aunque está dirigida a cualquier público,  es recomendable para los jóvenes  preparatorianos y  universitarios,  porque  al mismo tiempo que les divertirá, les hará reflexionar sobre sus aspiraciones y las dificultades que la misma sociedad o nuestras costumbres nos  impone  para conseguirlas.
            Rogelio  y  Otilia, novela  del Maestro Javier Duhart, es una novela con un estilo claro, hecha con  maestría por un narrador  que ha encontrado en el oficio de las letras,   la posibilidad  de compartir su vida y pasamiento, a través de su obra y en el caso de Duhart, hombre polifacético en el arte, nos permite acceder a los días  inquietos  donde la vida de millones de seres se encuentran para dar origen a historias  fantásticas y a las noches que se mueven hacia nosotros para enseñarnos la posibilidad de lo humano en toda su potencialidad. 
YANCUITLALPLAN, TOCHIMILCO  PUEBLA A 13 DE JULIO DE 2011

martes, 5 de julio de 2011

~SEMILLA DE NOVIEMBRE~ Poesía viva en Atlixco (Ensayo presentado en el VI encuentro internacional de Poesía Latinoamericana en Puebla Pue.)



Desde el origen de su nombre, Atlixco es poesía: ATL- agua, IXTLI- rostro, CO- lugar. ATLIXCO “Agua en el rostro de la tierra”: Metáfora de precisión geográfica  y revelación de los elementos que se necesitan para la vida;  el agua y la tierra,  el resultado de su mescla; La  humedad y con ella la germinación, el nacimiento: la vida.
Los primeros habitantes de este lugar además de la fascinación por las estrellas, la guerra, las flores y el cuerpo humano, en especial el detalle al representar los rostro,  elaborados en las pequeñas esculturas  de barro algunos, de cabezas alargadas y ojos rasgados, o cabezas ovaladas y  ojos pequeños, que  se han encontrado   y siguen apareciendo,  al cavar en lugares como los solares  grandes o chicos y en algunos otras comunidades cercanas, sitios de los principales asentamientos prehispánicos y, donde aparecen, para recordarnos que nuestros  ancestros no solo estuvieron  aquí,  sino que eran verdaderos artistas.
Atlixco es también   lugar  donde  antes de la llegada de los Chipahuac Cuyume (Hombres blancos)  se comercializaban  las flores.
Fundada por Xelhua  en uno de los lugares mas fértiles y bellos del centro de lo que hoy es México, posee  una riqueza histórica, cultural  y espiritual, ancestral, que perdura hasta hoy  y que fue  construida por  un sincretismos de civilizaciones, guerras devastadoras y floridas,  y por la inspiración que quizá levanto  el ahuehuete  que algún día gobernó y  fue símbolo de  nuestro origen:  robusto y manantial que somos.
Así  como en los rincones de la poesía,  Atlixco tiene paisajes de extraordinario colorido donde  (Xochitl)  la flor, no solo es el principal  elemento que los embellece, si no que es, su símbolo más  sensual y dulce. 
                De igual forma, como la mejor poesía, Atlixco está lleno de caminos, que desembocan en lugares con nombres que revelan los secretos de cada rincón que esta tierra  contiene, lugares como:   Axocopan “lugar  de aguas amargas” una pequeña comunidad  en la que hay manantiales que además  de ser fuente de riqueza turística, son un elemento de sanación de lo más natural, o Metepec  “Cerro de los Magueyes”,  que no solo tiene hoy en día un centro vacacional de primer mundo, además, en  su historia  se observa con claridad  las luchas obreras en  la fábrica que lleva su nombre y que fue  una de las más importantes no solo de México sino de Latinoamérica,  o lugares sencillos que  solo basta una línea dulce puede describirlos, Atoyatempan, “lugar a la orilla del rio”, hay también un Coyula,  palabra misteriosa que lo mismo los ancestros de esa comunidad dicen que significa Coyote o debido a la abundancia de una pequeña fruta  nombrada coyol,  o  quizá el nombre más elaborado contenga su verdadero significado “cascabel grande”  digno de un canto  que le hace falta aún,  perteneces a Atlixco también   la Trinidad Tepango,  o lugar “Arriba del cerro”,   o Santa Lucia   Cosamalopana,   de nombre exquisito y de una sensibilidad visual que llama a visitarlo  “Rio del arco iris”, como negar la poesía en su paisaje y sus nombres, también tenemos nuestro  “lugar donde crecen alto los carrizos”, Acapulco, nombrado  con ironía, Acapulco de las guayabas,   diferenciándolo del bello puerto del pacifico. Esos son los destinos   geográficos de ese lugar y por su puesto   los caminos poéticos que habitan y viven en  Atlixco.
La gente de Atlixco es Talentosa, trabajadora y ha sabido estar a la altura que las circunstancias históricas ha impuesto, Atlixco ha vivido en sangre propia todas las invasiones  extranjeras,  las Revolución, la lucha obrera, por lo que recientemente  ha sido nombrado  por el Congreso del Estado, Dos veces Heróica ciudad de Atlixco.
Dentro de su convulsa historia ha dado hombres nacionales y universales: Antonio Garfías, sacerdote , José Luis Rodríguez Alconedo, pintor , Isaac Ochoterena, biólogo, Salvador Toscano, abogado , Héctor Azar Dramaturgo, Ricardo Pérez Quitt Dramaturgo,  entre los más destacados.
                Debido a su  riqueza, los viajeros, comerciantes y religiosos han  llegado y adoptado esta tierra como suya; el maestro Ricardo Pérez Quitt en su 3 capítulo de Lecturas Históricas de Atlixco de reciente edición y que lleva por título, “Ciudadanos que pasaron al siglo XXI  y milenio 2 de nuestra era, Capsulas del tiempo Socio- antropológica” documento de altísima valía histórica, social y antropológica  el cual seguramente  aumentara su valor proporcionalmente al  tiempo que pase, después de su publicación, porque seguramente  en 100 años  alguien hará la sinopsis histórica de Atlixco del 2000 con el año 2100, ejercicio circunstancial de erudición y  gran valor social que el maestro realizó.
En él el autor hace una remembranza de los personajes ilustres de Atlixco, que no nacieron ahí, dedicados al comercio, a la arquitectura  y  a las letras, son  de los mas destacados, Juan de alameda, Arquitecto, Toribio Benavente Evangelizador, José Ma la Fragua, escritor,  Luis Berrueco Pintor, Joaquín Rea, General, Lorenzo del Santísimo Sacramento Dramaturgo,  Raymond Stage Noel (Cayuqui) Etnólogo.
 Todos ellos, nacidos aquí o adoptados  por esta tierra, en su actividad,   tuvieron el deseo de aportar, su vida, su ingenio o sus letras para permitir que   Atlixco, fuera y tuviera los elementos poéticos de los que hoy podemos disponer,  y podemos cortar como  frutos maduros.
                La historia de la poesía en  Atlixco, data  desde los cantos de  Netzahualpilli con su Poesía de guerra en la época prehispánica y  debieron  pasar más de 200 años para encontrar otro canto  a la altura de la tierra florida, con Sor María Agueda nacida en Atlixco 1635, Contemporánea de Sor Juana Inés de la Cruz,  mas  adelante  el Ilustre Héctor Azar, principalmente dramaturgo, o Manuel Lerin  Abogado, ellos son los más representativos Poetas que tuvo Atlixco para escuchar su canto, todos ellos  rescatados Nuevamente (lo cual  es digno de reconocerse) por el Maestro Pérez Quitt en su biblioteca Particular, material con el cual en fechas próximas estaremos trabajando para realizar la primer antología de Poesía de Atlixco.
                A finales del siglo y milenio pasados- aunque todavía me  siento extraño al decirlo- son dos las figuras vivas más importantes de la Poesía,  y es sin duda  el maestro José Francisco  Conde Ortega nuestro más destacado  representante, nacido en Atlixco en 1951 ha publicado  diversos libros de Poesía, Vocación del silencio,  (UAM 1985), La sed del marinero que regresa (UAM 1988), Para perder tus ojos (UAZ 1990) Los Lobos vienen del viento (UNAM 1991)  e Imagen de la Sombra (toque 1994).
El maestro Conde Ortega es de poesía poderosa con una tendencia surrealista he aquí una muestra clara de esto:
“Agosto es lirio en el ojo de un gato/ y leemos chorros de Alcohol/ en el acecho de las aves de rapiña”
                A veces  el maestro sueña y cuando lo hace descubre que: “antes del amanecer/un roce de pieles/ Preludia la palabra exacta”
                La  exactitud y profundidad  en los versos de Conde Ortega no solo sorprende, nos pone alertas, encontramos en ellos las respuestas que buscamos en la noche o en la tarde de nostalgia, nos dice: “Fumo para espantar la noche/ parece que las estrellas  dejan la luz sobre sus hombros” es un  poeta que   ve poesía en todo lo que lo que le rodea, en la cotidianidad de  su vida encuentra  los mejores versos y nos habla así “ si miro  la ventana/-y alguna rama que señala hacia otro rumbo- es que prefiero tu silencio/ y tu cuerpo tibio/como una mejilla con fiebre”  el pensamiento  de Conde Ortega rebasa la imagen para hundirse en  las profundidades de lo humano, para decir en su voz de poeta, lo que a veces calla el hombre coloquial por no poder expresarse: “Como a la sombra de una manzana/dibujo tu cuerpo con mis dedos/ trazo dos hemisferios/ y la línea de horizonte que recibe mi sangre.”
                El Profesor Martiniano Medrano, Nacido en Aguascalientes  pero quien ha vivido en Atlixco la tercera parte de su vida, además de ser un reconocido educador en nuestro municipio, es poeta que se nutrió de Atlixco para escribir, es admirador de los nigromantes y  director de la escuela preparatoria Ignacio Ramírez. El maestro Medrado posee un romanticismo que seduce la voz para llegar a los oídos de la persona amada, dice: “¡este barro de amor de que estoy hecho!/y tu?/ no me respondes palabras/ ni nombres de mujer”.
El ritmo poético del maestro Martiniano  es de ave marina, se suspende en las estrofas para poder disfrutarlo, aquí una muestra de él: “¿Porqué no me preguntas/ donde inauguro auroras/ cuando clausuro soles/ donde instauro mi voz?” Medrano conoce el tiempo, lo transforma en tormenta, tiene el don de cronos; hacer el tiempo poesía, dice: “¿porqué no me preguntas/ cuantas horas pasaron/remolino de sombras/para encontrar la luz?” es un  hombre sensible y tolerante, en su poesía su personalidad  es revelada, dice -al otro- : “te entiendo, te comprendo/ ha sido costumbre de investigar las causas/ a gozar los efectos al descuidar la fe”
                Nació  este nuevo siglo y trajo una conjugación de vitales coincidencias para el desarrollo  de un movimiento poético joven  en nuestra ciudad, formado  por sangre nacida en esa tierra y alimentada por la endémica geografía  de huertas de chirimoyas, mísperos, jaquinicuiles, aguacates, y en donde el sonido del correr del agua es tan común como  el viento o la lluvia en otros lugares,  y de visitantes que por alguna razón, personal, o  laborar se han quedado a vivir en esta  tierra que los ha cobijado e inspirado  con su tranquilidad y con sus bellas naturales, arquitectónicas y culturales,  pero sobre todo por la gente dulce y laboriosa que nació y vive aquí.
                La historia del taller  de poesía que formamos en Noviembre de 2010 se empezó a escribir el día que se presento en Atlixco mi Poemario:  Geografía de Anhelo, ese día hicieron la presentación, La destacada periodista cultural Hidalguense Aideé Cervantes Chapa, el poeta Jorge Contreras, de Hidalgo y Ricardo Pérez Quitt de Atlixco, a quien solo conocía por parte de su obra, por su revista Autores y porque su nombre está  en el mural Que pinto el Excelente muralista Atlixquense Juan Manuel Martínez Caltenco en  palacio Municipal.
Ese día le dije a Aidee Cervantes que  no sabía  cuántos poetas había en  Atlixco  y que tenía la intención de reunirlos para fraternizar y  -qué más- hacer Poesía.
                En el mes de  noviembre me encontré con Néstor de la Fuente,  a quien fue al primero que  le comente sobre la idea de hacer un taller, días después el 20 de noviembre de ese mismo año, día en que se inauguro el Mural “La lanza de la traición”  del Muralista Polo Castellanos, y basado en un breve relato poético  incluido en Geografía del Anhelo  llamado Yohualli, y fecha  del Centenario de Revolución Mexicana le comenté la misma idea a  José Luis Contreras Vargas.
                Un par de semanas después, empezamos el Primer Taller de Poesía en Atlixco, asistieron,  Néstor de la Fuente, Esmeralda Tobón, José Luis Contreras, Nizdali Rodríguez  y yo. En el mes de noviembre  sembramos una semilla  de la poesía en Atlixco, que seguramente  con la fertilidad de esta  tierra dará, frutos.  Esa ~Semilla de Noviembre~ nos tiene aquí con ustedes.
Néstor de la fuente, poeta nacido en Atlixco el 9 de abril de 1976, publicó su primer poemario  en  2004 con el titulo Sueños Muertos, publicación independiente, resultado de un esfuerzo individual y del que desafortunadamente  contó con poco  apoyo institucional, de este libro, en su cuarta de forros el maestro Ricardo Perez Quitt dice; “hace que los Ángeles hablen en callejones sin salida muy a pesar de sus alas, le escribe a la luna, al caracol, al beso y siempre abrazando a la muerte como amante desesperado” en este pequeño poemario, Néstor clama a la divinidad para encontrar el camino  que  un joven, entre las sombras  que impone la realidad de nuestro tiempo, busca , Néstor encontró en la poesía la respuesta: “dios salve esta vida sin muerte/que al tropezar en mi llanto/ muerde el polvo de la fuente”, es extraño como un joven de una tierra donde el colorido y los paisajes dominan, encontró su poesía en los lugares más oscuros, en el ataúd que su imaginación revela a cada momento en sus versos. Dice el poeta nigromante; “un mar lleno de almas endulza tu cuerpo/ sumergiendo el espíritu hasta el fondo/ para que no camine sobre las olas que tratan de alcanzar el mar”. Diez años después reencontrase con la poesía  en esa ~semilla de noviembre~ prepara su nuevo material,  en el que su evolución poética no solo  ha encontrado la salida a sus incógnitas de juventud, si no que lo llevan por  caminos de una luz nueva y renovada, un fragmento de su poema Azul de fuego, nos muestra al  Néstor de hoy: “En el azul del fuego/ tus labios rojos y eternos/laten por la noche"
Posteriormente aparece la figura de una Artista Joven, Esmeralda Tobón,  a la que no solo auguro los más altos reconocimientos artísticos en el arte visual y en las letras, su nivel de actividad social,  educativa y artística  la colocarán en un  lugar privilegiado a lado de las mujeres más destacadas de Atlixco,  su poesía cautiva y enciende, como el fosforo de la noche, la pasión de los corazones enamorados, o no -eso no le importa a la poeta-.
Nacida en Atlixco puebla el 30 de septiembre de 1983 es una de las artistas más destacadas  ya  en este municipio, es editora de la Revista conmemorativa del Bicentenario de esta ciudad, como artista plástica ha expuesto en cuba: casa de las Américas, en DF Museo MUMEDI y en España Universidad complutense. Venus es su símbolo poético, en Esmeralda, la sensualidad y el erotismo escriben la poesía, son las  fuerzas que toman su pluma y la conducen por los laberintos de eros, escribiendo versos como este: “He matado mi cuerpo/ para acabar con el juicio de dios/ las arterias flotan para no ahogar /el erotismo de besar tu piel/  y levantar navíos”, La maestra Tobón escribe poesía y dibuja metáforas delineadas con el pincel que traza el desnudo, no se desprende de la sensualidad a pesar de escribirle a otros elementos “ Madre tierra/ con tu estambre de semillas/ tejes frutos y los dejas caer/ en paraísos prohibidos.” Tobón se sabe artista y como tal no envidia al otro, disfruta el éxito del amigo, avanza con la sensibilidad de que fue dotada para crear,  en color o en palabra, lo que  su mente, en los momentos de mayor fuerza, le dicta.
Llegado del Distrito Federal  y nacido en Apan Hidalgo en 1958, José Luis Contreras  vive en Atlixco, Discípulo de Raúl Renan y Sergio Mondragon, Sociólogo, Comunicólogo, Luchador social, Documentalista, su obra poética es, Exigencia, Clama de justicia social y es también sensualidad marina,  apasionado de la enseñanza de la poesía, aprovecha  cualquier situación para hablar de ella,  para hacer que su interlocutor  converse sobre ella, así, enamorado apasionado, encuentra en la poesía la posibilidad de la mujer, del paisaje,  la justicia, la mar y el amor. Constructor de Metáforas  simbólicas, de ritmos sensuales y de caricia de letras, su poesía nos lleva -sin balsa ni bandera- como el titulo de su poemario, en la libertad plena de su océano de ideas, para disfrutar del horizonte marino que dibuja en las nubes; mujeres hermosas, contiendas de justicia, y luchas de tormenta por un mejor mañana. En su “Alicia aprende Poesía” poema a dos voces con la Poeta Hidalguense Estrella Blancas dice: “el poeta es mortal/ Alicia tiene estrella en amor que lo trasciende/ gaviota de Alicia en alas de tierra/ en tierra firme/ tu canto es el mismo en vuelo de todos”.
También llegado del D.F.  desde 2007 Javier Duhart, vive hoy en Atlixco, escritor prolífico en los últimos 5 años, nació el 25 de mayo de 1941 y ha publicado diferentes Novelas: La niña de Tijuana, Rogelio y Otilia, el bastón y la Huida, estas últimas dos escritas en Atlixco, de una narrativa  sencilla ingeniosa e inteligente, Javier es galardonado con el Premio Yohualli, amante de las letras, se enamoró de la poesía recientemente, Duhar tiene el oficio de escritor, escribe a diario desde las 5 de la mañana,  disciplinado y exigente con su obra, nace en él,  el árbol de la diosa blanca, va embarneciendo  su tronco y  sus ramas empiezan  a darle forma, su poesía es Romántica y erótica, de hombre de mundo, en su lenguaje hay vinos, viajes,  cigarros, besos, horas, tormentas. Los versos del maestro Duhart son de una atmosfera relampagueante, apasionada: “Tatuadas en  el alma/ quedaron esas noches/ tormenta entre  tus sabanas”  y también  se atreve a explorar territorios existencialistas y se pregunta “¿seré quien quiero ser o no seré?/  pero nací/ y no se a veces ni quien soy/ sin embargo soy mañana, árbol, el otro/ soy original”.
Varios meses después de haber formado el taller de poesía,  y trabajar en el Italian Coffee ubicado en el zócalo de Atlixco, los ya mencionados, escribiendo ,corrigiendo, haciendo crítica, analizando la obra de Poetas Mayores, el Maestro Ricardo Pérez Quitt fue nombrado director de  cultura en Atlixco, quien nos invito a la casa de la cultura para abrir las puertas del taller a quien lo  deseara, hoy se han sumado ya más de 15 escritores y amantes de la poesía.
La ~Semilla de Noviembre~ ha comenzado a dar sus primeros frutos; el primer encuentro nacional de poetas “ la palabra escrita en el agua” realizado recientemente en Atlixco y concebido así por el Maestro Pérez Quitt, los poemarios que aun inéditos, esperan   salir a la luz en fechas próximas de los integrantes del taller y una cantera de jóvenes  quienes han dado muestra de talento, disciplina y trabajo necesarios  para  ennoblecer el sagrado quehacer de hacer poesía.

 COHUTEC VARGAS GENIS
HUAZALINGO HIDALGO JUNIO 2011

lunes, 27 de junio de 2011

Presentación del Poemario A la cala de mi Corazon de Johan Fort

-A LA CALA DE MI CORAZÓN-
DE JOAN B FORT
POEMARIO
(POR COHUTEC VARGAS GENIS)


Apenas a sus 12 años de edad, entre el cálido viento de la costa brava   y el recio aire de los montes pirineos, un joven robusto, discreto, de mirada cortes; escribía   ya sus primeros versos, ¿sobre qué? Seguramente  sobre algún árbol de roble que le habló  en secreto  a su corazón, o sobre el campanario del templo de su pueblo, el cual debió inspirarlo no solo para escribir poesía, sino que también le  abriría con profunda raíz un interés especial por la Historia,  o quizá escribió  un poema a  alguna  amiga que al caminar miraba el atardecer a la orilla del lago  Banyoles, no lo sé- lo desconozco, pero eso no importa- lo importante es que escribía, ¡que es mucho decir!  Los motivos  debieron haber sido varios, porque abundantes son las bellezas que  habitan la  provincia de Girona, región Catalana, y en especial de su natal San Miquel de Campmajor.
Su nombre: Joan Fort, mismo que encierra el símbolo de su vida, Joan (Juan) que significa –puerta-, y es que  él, es un hombre que se abre lo mismo que al conocimiento de  sus ancestros  a través de la historia, que   al conocimiento del amor a través de la poesía, y no solo al amor  emocional  que emanamos los seres humanos, más bien al amor entendido como sinónimo de  Sabiduría, Joan también sabe  cerrarse,  como la mejor poesía;  y Fort, la fuerza, aquella facultad humana  que se necesita no para vencer al otro, sino mas bien,  para vencerse a sí  mismo y a los obstáculos que la propia vida a veces sin comprenderlo nos  impone, él es el hombre, pero también es el Poeta, Joan B. Fort Olivella, Amigo y hoy  que este libro “a la cala de mi corazón” nos reúne: Hermano.
Ser poeta  en la región catalana, es un honor que hay que saber honrar, porque esa tierra esta llena de poetas mayores, de poetas  áureos, de denso lenguaje, ritmo y profundidad exquisitamente alcanzados,  como aquel poema de  Jacinto Verdaguer y Santaló llamado Poema  para  Barcelona, o el atrevido José Agustín Goytisolo  que con uno de sus libros mas bellos y representativos conquisto la cumbre de las letras, el cual lleva por titulo “Salmos al viento”, nombre que no pudo  mas que  estar a la altura  de la sacralidad poética que  vuelve al artista inmortal. La lista es larga, desde Joan Maragall, Josep Carner, Carles Riba,  hasta los movimiento mas vanguardista con, Joan Salvat-Papasseit o  Josep Vicenç Foix poetas con tendencias más surrealistas.
O quién no conoce al maestro Joan Manuel Serrat con quien  Joan y Lupita  debieron haber pasado veladas platicando  en el internet con el fondo de su música y sus letras, ambos,  a veces dulces como las compotas mexicanas, a veces  robustas como los pirineos, a veces amargas como la distancia interoceánica, a veces, acariciantes como la palabra en el oído del otro, con ellas  debió haber nacido el amor entre ambos, susurrándose en secreto cantos  como:
Penélope con su bolso de piel marrón
Y sus zapatos de tacón, y su vestido de domingo
Penélope se sienta en un banco en el anden
Y espera que llegue el primer tren  meneando el abanico.

O Mirando  a su amada en las letras del maestro cuando dice:

Te quiero  a ti, por que te quiero
Cerré mi  puerta una mañana 
y me hecho a andar
Te quiero a ti porque te quiero
Deje los montes y me vine al mar
Tu nombre me sabe a hierba.

Palabras que nacieron  y son coterráneas del Joan Fort el poeta.

 Y ahora nos toca hablar sobre este pequeño poemario, al que  el autor a  titulado “A la cala de mi corazón”, el cual no por ser breve carece de extensión temática, calidad literaria y profundidad poética. Pero antes considero importante hacer una observación sobre  el titulo,  porque su belleza debe comprenderse como una dulce metáfora, cuando Joan dice – A la cala- se refiere a la forma cóncava que  tienen algunas entradas de mar  en la costa, es decir una caleta, una entrada, entendiendo su metáfora como – a la entrada de mi corazón- que  es sin  duda un titulo cálido, que abre las puertas a un paraíso  de palabras  tibias y oceánicas.
 En su obra, el Poeta  incluye  textos  que van  de 1973  hasta el año 2010  los cuales en su mayoría cantan a la mujer que se ha vuelto “musa” y a la naturaleza que siempre lo será. En la edición el autor embellece su trabajo poético, fundiendo la palabra con la imagen de lugares que, por su historia  y su estética complementan  la obra haciéndola sin duda más rica y más estimulante a los sentidos. Joan nos invita  a ver con sus ojos el momento de la creación poética, el instante de su inspiración,  porque su poesía es imagen viva, instante  que transcurre sobre el paisaje,  titán buscando la bella inmortalidad que la poesía entrega.
“El valor del árbol” es el primero poema y sin duda  uno de los mas representativos de esta obra, Joan sabe que los arboles son símbolo del poeta, ellos dan sombra, tienen raíces profundas y lo más importante, se alimentan de  luz para vivir:
“Los arboles son como los hombres”
“Esperan si el amigo viene”
Esto dice en dos versos el poeta,  por eso el  se sabe árbol, hombre, amigo.
A pesar de que el libro está pensado principalmente en Catalan, en la traducción que el mismo Joan  ha realizado para nosotros,  no se pierde  el sentido métrico y rítmico de cada poema,  y solo en algunas ocasiones el  poeta,  realiza con sumo cuidado  una traducción para que el sentido del texto se mantenga.
“En cielo de otoño”  poema escrito en 1987  y traducido  mas de 20 años después,  el poeta  cada vez mas va encontrándose con su poesía:

“La noche fresca de octubre
Olía bien a perfume
Lluvia tenue de los arboles
Baile redondo de incertidumbre”.

Joan Fort le pregunta a su alter Ego en el poema con el titulo “el mensaje de  Iba Hazm”,  la pregunta de generaciones, ¿ que es el amor?  y responde:
“La natural pasión/ por el encanto del sexo antónimo”
Y remata:
El amor deja atrás los limites/
Y también se pregunta ¿y el poeta? , es ahí donde  Joan  lleva a la poesía no como una actividad de pasatiempo  o de ocio, sino como una forma de vida y reflexiona:
“Arquitecto de los sentimientos mas correctos
Con el espacio abierto del corazón”
En el poema que  da título al nombre del libro, Joan  Fort  habla con una profunda nostalgia y amor por  su tierra y por la nuestra, que ya es suya y  dice:
“A la cala de mi corazón/ llega una voz muy cálida
Que sale de una amable falda/ y de un gran y humoso volcán”
En estas palabras Joan el hombre,  trae la voz de su amada pero no se desprende   de sus aires y de sus lugares. 
Aquí, Joan nos muestra claramente  que es un poeta del amor y del paisaje.
Es posible  que el poema más intenso   y en el que Joan se hace uno con su parte poética es  -Tan lejos y tan cerca-,  es un canto al dolor, a la lucha y la esperanza por seguir adelante  disfrutando las bellezas de la vida, Joan el poeta consagrado ya a su poesía, reflexiona sobre la felicidad y sabe que ella viene como un trago breve de una bebida dulce que termina  de manera relampagueante y que en seguida lo amargo de la vida aparece para seguir  enseñándonos  todo lo que debemos  comprender en este plano  terrenal que habitamos.
“Los pensamientos vuelan  tal petardos
Por sobre lluvia y los collados
Los veo pasar cual ágiles dardos
Por los vendavales bien empujados”

“Necesitamos para superarlo
Juicio a fuerza de voluntad
A base de dialogo afrontarlo
Echarlo con dureza y sin piedad”

Joan Fort, poeta nacido en 1958, cuando escribió  su primer verso, no sabía que algún día   estaría presentado un libro  al otro lado del mundo, en otro san miguel, en Atlixco Puebla, México,  lugar dos veces Heroico, de paisajes extraordinariamente bellos, donde al igual que en  la región de la Garrotxa, aquí  también   existen volcanes, que nacieron para enseñar al hombre  que en reposo o en furia, se debe estar en constante actividad, y que por momentos  habrá que  sacar todo el  fuego que nos oprime,  para  después,  lanzar  en lenguaje de siglos, el humo que escribe en el cielo la poesía más bella que es; el paisaje reflejado en los ojos del hombre.
Pero  que además,  se eleva a canto cuando el hombre es capaz de amar y dedicar a su tierra o a su mujer,  los productos de su pensamiento, de su quehacer, de su arte, de su poesía, que hoy  en día, debe gobernar con su amor y sabiduría infinitos.
El maestro Joan Fort lo sabe perfectamente y crea  casi todos los días de su vida.
Felicidades por este Proyecto Literario y suerte Joan, hermano.
Cohutec Vargas Genis
Dos veces Heroico Atlixco Puebla, a 16 de jun