Texto para la presentación de la novela
Sueño de vida de Javier Duhart
Siete son los capítulos de
“Sueño de vida”, la novela más reciente
del Mtro Javier Duhart, siete; como los días que dura cada una de las fases
lunares para contemplación y meditación
de la naturaleza, la tierra y la mujer, como el número de días que
demoró el dios judeocristiano para la creación de este mundo, así, como lo
conocemos, siete vacas flacas y siete gordas soñó el faraón egipcio como
premonición fatalista de su reino. Le bastan a la música 7 tonos para hablarse de
tú con los dioses, en cualquiera de sus
manifestaciones, nombres, y formas, siete silabas tiene el segundo verso del Haiku,
siete son las luminarias del mundo que
forman la osa mayor celeste, siete décadas llevas en este plano al que llamamos
vida, y que tú has sabido aprovechar muy bien querido Javier.
No podía ser de otra forma,
porque para leer esta novela no es suficiente lo literal, su mensaje se
encuentra entre las líneas; Solo así se responde la pregunta con la que arranca el Arquitecto
Duharth su obra: ¿Cuál es el sentido de
la vida?.
Para responderlo, el autor
de sueño de vida nos lleva a un estado onírico para ir deshilvanando las
respuestas, que a través de esta obra, van naciendo como pequeñas flamas de una interminable fila de
velas, que se encienden una a una, y donde algunas permanecen quietas y otras
juegan con el lector y también con el
tiempo.
Dijo alguna vez Carl Jung,
el maestro del onirismo científico, si es que
se le puede llamar de esa forma, al único intérprete de sueños
reconocido en nuestra era, ”Hay sueños
cuya forma dramática lleva al paroxismo
afectivo, paroxismo tan perfectamente realizado
en el sueño, que el durmiente se ve forzado a despertar por las
emociones desencadenadas, los sueños no solo sirve para proteger el dormir.
Sirven también, a veces, para interrumpirlo, cuando su función lo requiere. Por
ejemplo, cuando tiene una importancia vital para la orientación de la
conciencia”
Así Javier aplaza ese paroxismo
en su onírica novela hasta responder la pregunta que también hacían lo hierofantes de los templos
antiguos de Egipto, ¿cuál es el sentido de la vida?
Quienes conocemos al Mtro
Javier Duhart y sabemos de su pasión por
la literatura en ambas direcciones, la
de leer y la de escribir, y entendemos el deseo, a caso escondido del autor por
encontrar a través de su obra, un resquicio en la inmortalidad, sabemos que lo
ha encontrado. Así lo dijo Kahlil Gibran, “Confiad en los sueños porque
en ellos se esconde la puerta de la eternidad” este fue el consejo que seguramente
el autor siguió para esta novela.
En la obra del arquitecto Duhart,
tan prolífica en pocos años, nos habla con distintos tonos
y un sin fin de personajes, situaciones, conflictos y vivencias.
Sin embargo es quizá esta
novela la que encierra ese misterio de
su origen; Javier no escogió la literatura para un fin mundano, la literatura
lo escogió a él, para decir que su vida tenía que ser contada, porque su obra,
es autobiográfica, en ella no solo nos cuenta su vigilia sino que ahora,
también, la parte más profunda de su alma, sus sueños.
El Javier de sueño de vida,
es el mismo Javier de niña de Tijuana, o de Rogelio y Otilia, o el mismo del bastón, es él, en su biografía
fantástica, o su realidad imaginada, o será
su onírico alter ego quien nos hablado en todas ellas..
Javier, dotado de una
imaginación privilegiada, nos lleva de la mano en aventuras cotidianas, que
pueden ser eróticas o sin
importancia, pero también nos lleva de una forma divertida, ágil y consiente a la meditación más
profunda a la que accede el hombre
cuando se pregunta ¿quién es, de dónde viene,
adónde va?, y ¿cuál es el sentido de la vida?.
En esta novela, breve en páginas,
pero
extensa en la imaginación de los escenarios, situaciones, personajes y
vivencias, el autor encuentra que la
mejor forma de decirle al otro, a que vinimos, es a través de sí mismo, y crea un alter ego que lo acompaña durante toda la historia,
para guiarlo.
En él y a través de él,
reconoce su pasado, su presente, descubre con claridad que todos tenemos las
mismas facultades para hacer todo lo que
deseemos si conocemos las herramientas precisas para ese fin, explora el subconsciente y meta consciente, se introduce al territorio
de los mitos para explicarnos que la construcción
del templo más importantes yace en la construcción del hombre mismo, que se
genera dentro de cada uno.
La historia y el mito van de
la mano en las revelaciones que el
escritor nos brinda a lo largo de
la entretenida historia, el mundo surrealista del ensueño se encuentra con las diosas, para
después mirarse de frente con la más
grande de ellas en ese terreno suirrealista, Remedios varo.
Con ella, el autor nos
muestra la preocupación y preponderancia que el arte ha tenido a lo largo de su vida, porque Javier nació
artista, lo plasma en su profesión, en su pintura, en su poesía, y sabe que
para encontrar la génesis de ella, hay que viajar al mismo lugar que
remedio lo hizo y que lo revelo en su genial obra: el flautista.
Y que privilegios de la
imaginación, que le permite a hombres
como Javier, introducirse al interior de esa obra y pasar las más sorprendentes aventuras en ella
El ejercicio de imaginación,
de conocimiento, de meditación que realiza Javier Duhart en esta novela, va
acompañado de agilidad, diversión, amenidad, resultado del amor y gusto que el
autor impone en cada cosa que hace, en especial si se trata de escribir.
Aquí, el
autor hace un viaje al interior del
"ser" humano, una reflexión sobre la vida misma; una aventura
fantástica , un sueño real; esa es la propuesta de la nueva novela de Javier Gonzalez Duhart y a la que ha titulado acertadamente “Sueño de vida”
Cohutec
Vargas Genis
Puebla Pue,
octubre de 2012
Día de luna
cuarto creciente,
"Ei ave canta" tu canto es certero querido hermano Cohutec. Tu preclara inteligencia supo captar de mi novela "sueño de vida" con toda precisión, lo que yo anhelé que fuera comprendido por los lectores y esta reflexión que haces de mi novela me llena de gozo y me ha hecho sentir un gran honor, atesoraré tu generosos conceptos y te buscaré en las letras done no hermanamos. recibe mi abrazo ...te quiero y lo sabes. J.D.
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